Cuando uno se enfrenta a una película nominada al Oscar esperaría encontrar una
historia que se pueda comparar por lo
alto y no deja de ser incomodo cuando la
evaluación se debe hacer al contrario.
En este caso fue así. El bombo mediático dado a la última cinta de
Martin Scorcese es ya de por si un peso muy grande y las 11 nominaciones que
lleva a cuesta también distraen sobre
el verdadero valor del film.
En realidad, en la parte técnica,
la obra está bien hecha. Nada menos se
podría esperar de Scorcese. Sin embargo
a nivel de guión y personajes la
ejecución se queda corta. El huérfano en
la estación responde más unos clichés vistos y revisto miles de veces que a una narrativa novedosa. Los personajes secundarios
apenas llegan a ser esbozos de personalidades simples y que debemos asumir que nos deben caer
bien porque son entrañables aunque
tengan una apariencia dura.
No se trata de polemizar solo por gusto, pero la verdad no hay
conexión por que la historia no lo desarrolla del tal manera y el 3D no ayuda
en mucho. La metáfora de la máquina –estación-hombre
dañado parece quedarse en ese terreno y
no aterrizar así que se convierte en una linda anécdota reafirmada hasta los límites
de la obviedad. Tal el que la idea sea basada en un libro para niños,
explique tal reiteración pero no me convence la idea de que no puede por sí
sola ver las conexiones que se buscan recalcarse en esta cinta.
Mucho más emotivos son los momentos donde se evoca la presencia del
visionario de George Mellie. Ver
sus trabajos recreados resulta ser
bastante emocionante.
Aca un fragmento del Viaja a la Luna original, no el de HUGO:
Así que si uno busca las razones de esta veneración a Hugo como film, las encontrará más en una cierta nostalgia empalagosa que al parecer este año tiene la Academia. En otras palabras, no es un premio a la película sino a todo lo que se muestra sobre la industria lo que le conmueve a los críticos.
Aca un fragmento del Viaja a la Luna original, no el de HUGO:
Así que si uno busca las razones de esta veneración a Hugo como film, las encontrará más en una cierta nostalgia empalagosa que al parecer este año tiene la Academia. En otras palabras, no es un premio a la película sino a todo lo que se muestra sobre la industria lo que le conmueve a los críticos.
Una historia que a todos recuerde por qué quisieron ser cineastas. Un homenaje que para validarse necesita unas cuantas
estatuillas. Sin que El Artista tampoco
sea una mega historia, si se nota un
mayor cuidado estético por la puesta en escena y eso le puede generar algunas ventajas. Pero sin lugar a dudas la
gala de este año estará llena de
evocaciones hacia le época dorada del cine.
Es una lástima que entre la
nostalgia de estas cintas-homenaje se pierdan
historias, reales tramas que
incluso no llegaron a nominarse como 50/ 50. En esta ocasión de las favoritas me quedo con otras como
Historias Cruzadas o Tan Fuerte y Tan Cerca, porque allí si se encuentran conexiones con los personajes.
De las
nominadas me quedo con las opcionadas
porque las favoritas resultaron ser demasiado edulcoradas y sin la dosis
necesaria de aventura de Avatar,
la genialidad del Discurso del Rey, lo impactante de Slumdug Millionarie o la perturbación del Cisne Negro.
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